Golpes

Cuando las luces de afuera comenzaban a  aturdir el zoológico de tu derecha, la ruina cada vez mas gorda y antojada carcomía con poder desde la frente
 enajenando el invierno de tu frente.

Mientras jugabas al vándalo de mis partes yo iba quedando como pedazitos de tulipanes, desgarrada en un rincón aplastada.
 Rompías la armonía y te me caías como un libro pesado de  alguna calle o cajón.
Digo pesado por la carga de tus ansias
que en la brusca fatalidad deseaban la respuesta mas breve y ruidosa.
Ruidosa y pesada para mi por siempre.
Uno pretende en lo breve ganarse la respuesta
cuando en realidad son las preguntas lo que te dejan en breve.
Lo que esta sucio nunca puede desnudarse
porque necesita de 7 vidas de lluvia para limpiarse.

Al final acá estoy.

La película de los días buscando la gracia de tener alas

olvidando y olvidando que los vientos son los que desplazan.

Las caricias atónitas cuando me recorrías con tus uñas en el hundimiento del sin tacto

Trataba de embriagarlas de acuarelas que alguna vez danzamos, a la esperanza de que estos gritos hayan servido para quedarnos menos sordos y no tan cerdos.

Pero las manchas  eran tan indelebles que ni todas las nubes juntas podrían acariciarla.

Y qué decir de esto
y qué decir de golpes que traspasan la piel
esos son los golpes
los que traspasan la piel
lo demás puede ser moretonitos
aparecen como huellas un día y después se olvidan.
Pero todo lo que implique la balanza ahogada del miedo y la libertad
son los verdaderos golpes
y ya no hay nada que hacer con ellos
las piñas que algún día recibí
se convirtieron en mis mejores amigas
ahí estaba yo para sanarlas
ahí estaban ellas para transformarme
nacieron conmigo
y me acompañarán hasta el final.
Aunque después de los golpes, el final ya no existe.
Golpes
el final y el comienzo de todo.
el movimiento que moja lo seco
y que aúlla con la ventaja de salir del estancamiento.