lunes, 25 de junio de 2012

El percusionista

Porque salió de la boca abierta del suelo. Del escenario que aún resonaba de aplausos casi endemoniados. De un publico extasiado. De un publico agitado que no dejaba ferviente de aplaudir. No podían dejar de hacerlo. Las venas agitadas iban abriéndose haciendo paso a un río infierno desangrando a cada choque de palma de los que seguían aplaudiendo.
Las venas del percusionista parecían salirse de las manos.
Hasta que todos cayeron.Y estallaron .
Los tambores quedaron con las manos atadas y con ellos el desenlace.
El percusionista era un hombre como cualquiera que vivía en la calle. Sabia comer en la calle lo que encontraba, pero nunca comía las limosnas compasivas que la gente le tiraba cuando lo veían.
Sabia vestirse en la calle y actuar en la calle.
Sabia hacer música en la calle y trabajar en la calle. Su amor allí lo encontró.
Antes de encontrarlo tuvo muchas amantes, entre ellas la colorada Karina , la rubia Gabriela, y Florencia.
Las tres lo dejaron. En la calle.
En el último invierno el percusionista se sintió robado en la calle. Porque sus tambores habían desaparecido.En la calle.
Necesitaba tocar su música, no alcanzaba con el ritmo de alma. Desde ese momento su respiración comenzó a ser insoportable.Sus manos comenzaron a desesperar.
Sin pensar y con los ojos ardidos en una erupción de esquizofrenia salió corriendo y toco la puerta de la casa de Karina. Ella lo recibió y se entregó.
Después fue a lo de Gabriela, èsta le sonrió y se entregó a la causa.
Y por ultimo fue a lo de Florencia, quien no estaba asique la esperó sentado hasta que llegara.
Al llegar la noche la sorprendió y también se tuvo que entregar.
Se pasó una madrugada fria construyendo su instrumento.Pero este no era como cualquier otro.
Tuvo el mejor cuero para los tambores. Ahora las pieles de sus amantes estarían siempre con el.
Ese mismo día comenzó a tocar en la calle en su rincón de siempre.
Todos los testigos que pasaban por allí se detenían a escucharlo. Y se detenían con el.
Al poco tiempo el percusionista se convirtió en una estrella bien paga.
En el teatro la multitud esperándolo.
La noche de la consagración allí parado en el escenario con una multitud que lo escuchaba.
Comenzó a tocar.
Las melodías eran incandescentes, inexplicables .El público estupefacto.
La alucinación que causaba a cada toque de tambor, era una especie de melancólica sinfonía que aleteaba hasta enloquecer en una fiera salvaje.
El público se quedó sordo. Al haberlo escuchado ya no podían escuchar mas nada.
Antes de terminar el show comenzó a tocar la ultima canción.Su favorita para el toque final.Su favorita para la despedida.
Apenas las manos comenzaron a acariciar los cueros del tambor, y empezaron a salir de ellos en cada nota las voces de sus amantes.
El publico calló. Quedó helado el percusionista .Comenzó a tocar de nuevo y en cada nota renacían los gritos de sus amantes reviviendo la escena del asesinato.Pero no le importó.
Y siguió tocando .No podía dejar de tocar y estallaba la fusión infernal de la música del asesinato.
No podía dejar de tocar hasta que la locura no hiciera su final.
Las manos comenzaban a sangrar a cada golpe casi tan cruel como saciable y las caras de sus amantes aparecían desfiguradas en los cueros del tambor que no era ningún fantasma.Seguía tocando enfiebrado de furia y los dedos comenzaron a despedazarse.
Todo su cuerpo comenzó a despedazarse.
El suelo comenzó a abrirse para el . Su actuación esta vez fue paga.
Porque salió de la boca abierta del suelo. Del escenario que aun resonaba de aplausos casi endemoniados. De un publico extasiado. De un publico agitado que no dejaba ferviente de aplaudir. No podían dejar de hacerlo. Las manos seguían chocando a un ritmo cada vez mas acelerado desangrandando a cada golpe las gotas de un rojo océano encantado.
Hasta que todos cayeron.Y estallaron.
Su música quedo testigo.los testigos crearon mas testigos.
Y en pocos años el mundo se quedo sin personas.
Y el mundo fue testigo de haberlo escuchado aunque para eso el mundo tuvo que desaparecer.

domingo, 17 de junio de 2012

Soledad

La soledad que invade en el egoísmo
es el refugio del egoismo.
El tiempo incinerado , malgastado e inusado.
El juguete que distrae
que acostumbra a involucionarme.
La soledad son los abrazos que no damos.porque preferimos la muerte del analisis infinito.
Las barreras del pensamiento equivocado.
Los impulsos encarcelados.
Lo que se pierde con la soledad.
Me neutro.Me paralizo con la cabeza hervida.
Las desiciones son neutras cuando estoy con ella.
Gateo sola porque mi esqueleto es una cabeza hervida y el alma esta anestesiada.
Ni siquiera es fuego apagado.
Porque no hay fuego en la soledad.Es un frio gris que empaña desde lo profundo y exterioriza las decisiones no tomadas.Las menos guerreras.(Las no guerreras)
Pienso .Planeo irme a otros lugares.Conocer otros paisajes.Pero me devoro cuando me pienso.
Mientras lo hago soy inexistente.
Termino callando mientras analizo.
Es el silencio no encontrado.El silencio no escuchado.
Todos los paisajes seguirán siendo iguales hasta que deje caer el filtro del egoísmo y al fin poder volar por el paisaje que esta anudado.(El paisaje improvisado).
La soledad es lo opuesto de amar en voz alta.
Quién no se ha sentido así alguna vez?
Quién no vive ahogado en ella y aún sobrevive?
La sed no saciada.
Es practicar fuera del contexto.
La acumulacion y el estancamiento de los deseos.
Las paredes que sangran evadiendo las miradas.
Es caminar en el aire sin animarse a probar el suelo.Caminar sobre el vacío.
Esquivar el paraíso de ser encontrado.
Es inyectarse el Apartheid de la distancia.
Vencerse todos los días en una oscuridad delatada ante tanta luz.
Arrebatar rejas en vez de emociones.
Arrebatar ficciones en vez de realidades.
Arrebatar pensamientos en vez de pasiones.
Es la vaga y dificil tarea de no ser espontáneos.
Quién no se ha sentido así alguna vez?
Quién no vive ahogado en ella y aún sobrevive?
Es lo opuesto de gritar emociones.
Es lo puesto de gritar vida.
Es lo opuesto de amar en voz alta

domingo, 3 de junio de 2012

Robo armado

Ayer me robaron.
Me asaltaron.
Me sacaron mis pertenencias.
Me quedé atónita ante los camaleones de neón.
Estaba completamente tildada.
Me pidieron mis cosas y no me resistí.
Me pidieron mi cuerpo y no me resistí.
Me pidieron mi alma y no me resistí.
Ahora me pregunto cuál es la diferencia entre vivir y tener la experiencia de ese instante.