domingo, 29 de julio de 2012

Ninjas de ciudad

Cada gota azul que cae sin avisar
es un respiro para pocos y una alarma para muchos.
El enojo y el apuro es una costumbre que hace vertientes el aguantadero.
La competencia que se abre en las calles a la esperanza de un ganador
y al señalamiento del vencido es lo que mantiene este movimiento.
Con cuerpos que cuando caminan parecen de cal
y cuando llegan a su morada se dan cuenta que son hormiguitas alimentando a un rey que hay de algún cielo dorado, que dice que es bueno,  pero que nunca quiere bajar.
Algunas veces el cansancio que se revela en las líneas de la frente parece llegar a tope
hasta que los ninjas entran a la fábrica de dulces
donde el encantamiento es tal que reactiva la marcha animal.
Y si el espacio es  de dos por cuatro y parece desocupado,
los ninjas se las ingenian para levantar en ella veinte pisos de un edificio,
con el aprieto acurrucado donde escasamente entra el sol
con un aprieto acurrucado donde escasamente alguien pudiera moverse
con un aprieto acurrucado donde escasamente uno llega a existir.
Como en estos lugares la naturaleza ha desaparecido (también ha sido saqueada)
la gigante nube gris que frecuenta aveces como síntoma para ruborizar los ojos de tal calamidad
los ninjas inventan cartelera de luces, bobismos y polvos mágicos para retornar,
la propaganda de las medias y sentimientos  a lo largo quedan enchufados.
Y los ruidos también hacen la suya evitando a un silencio que los haga escuchar.
Así como el ninja vende su fuerza
su corazón queda deslumbrado por este lugar.

El desequilibrio se ordena a libre precio para que los ninjas tengan que ardir en su propio cuerpo.
Algunos que quedan fuera del cordon van en busca de otras ciudades o alguna donde el caminar no precise tener que pisar manos.
Los monstruos se enseñan desde niño
para hacer del miedo un tilde de aislamiento precaviendola con las triples llaves y cerrando puertas. Rejas y el tomar
distancias para seguridades extremas.
Algún día el ninja se dará cuenta que el combate no fue solo el derribar a un otro.
El combate de perlas siempre fue contra el mismo.

jueves, 26 de julio de 2012

A dos mundos

El mundo no se puede cambiar


Desde niña me enseñaron que si


que hay lugares para crear rosas y abrazos sinceros


Pero estas rosas y estos abrazos apenas son reflejo del mismo.


Solo existirá así hasta que se pudra y nazca uno nuevo.


Yo no quiero estar mas en este


asique los espero en el otro.


Antes de terminar quisiera conocer a mi hija


hasta que domine mi tiempo.


Hasta ahora no pude hacerlo y tampoco creo que lo pueda hacer por mucho mas..


Desde que nací no lo pude hacer , me empujaron y acá estoy.


Todas mis letras fueron confesiones sin trajes ni lentes.


es solo lo que siento y disiento de haber inexistido mas abajo que arriba.


Pero el mismo mundo es el que ahora y siempre me empuja hacia arriba y creo que llego el momento.


Lo único que pido es celebrar mi liberación, porque ahora todo comienza.


Si alguna vez fui parte del sol, es cuanto mas lo necesito.


Si alguna vez fui agua de mares y ríos , quiero descansar ahí.


Como mariposa aleteando colores haciendo del  invierno un paisaje de perfumes.


y como pájaro inquieto en plena emigración hacia el infinito , es que hoy me toca y elegí dar vuelo.

miércoles, 25 de julio de 2012

Carta de presentación


Mientras dormía el ruido me apretaba y me empujaba hasta agotarme y dejarme sin vocales.
Comenzaba desde la cabeza hasta aprisionarme los oídos.
Y así duermo pisoteada como cigarrillos apagados en la tierra.
Hundida y encorbada por arenas (que no son mas que piedras).
Si es el desayuno de la masacre del que también soy cómplice y culpable.
Si es el almuerzo de la ceguera el que me hace perder.
La oscuridad es el sacudòn de los espejos.(Los hace temblar y humedecer)
Y la luz la infinita apariencia de los vientos sin aire.
Los vientos que no son vientos.
El sacudòn inmóvil de los ojos ácidos.
La luz sofocante que himnotiza e inunda por solo ocultar el cielo envejecido.(el que emborrachamos para no verlo)
Arrastrando la agonía que implica las formalidades que marca el reloj
y las informalidades brutales que produce.
Ser concientes implica despertar la inconciencia
pero mientras sueño me siguen hincando las agujas que arrugan mi piel.
Es una lastima que las apariencias oculten la verdadera presencia.
Una pérdida el pensar predecir a un alguien con solo su autobiografía programada en dos segundos.
Una pérdida y un desperdicio de la injusta carta de presentación.
Y como acostumbro a errar antes de acertar
el juego de romper los vidrios (no los hielos) es lo que deberíamos practicar.
Que los corazones nunca deberían ser forzados a convenir y a encrucijar el alma a cada momento.
A que la sangre aunque estè un poco envenenada
en una recóndita parte lucha por su natural color.
Y que los espacios, y no el tiempo
son los que fríamente arrugan el alma.