sábado, 4 de agosto de 2012

A las escondidas

Guardar  el amor es una forma de ahorrar para que lo grande se rompa en un instante.
Y lo hicimos durante la primaria.
La escuela fueron las clases de aprender a desaparecer
 y aparecer en esos recreos de miradas
y juegos de apuñalar los ojos en el corazón,
haciendo del silencio una flor cautiva, una emoción en pausa.
Años mas tarde el azar nos encontró mas crecidos
pero ninguno había cambiado,
 seguíamos siendo esos niños torpes de cuarto grado que jugaban a las escondidas para encontrarse.
Que jugaban a las escondidas para en la magia divertirse.
Te presenté a mi amiga, que en ese entonces tanto de deseaba y al tiempo comenzaron a salir.
Vos te hiciste el novio y yo me hice la amiga.
Y aún  seguíamos jugando a las escondidas.
Ella me contaba cuando le mentías
 y vos me mentías cuando decías que la querías..
Descaradamente le decías tus fantasías conmigo para que yo me haga la fantasía de perder una amiga.
Tan predecible su amor se aplastó y no pudiste retenerla ni con tus amenazas de suicidio ni culpa siniestra que le engendrabas.
A los años nos volvimos a encontrar, mas viejos, fríos y desganados,
pero seguíamos siendo esos niños tontos de cuarto grado.
Estabas solo y yo mas sola que las soledades juntas.
Y en ese clima de fiesta que nos embriagaba tocábamos algún sol.
Nos dejamos llevar con la ayuda de cervezas, del rock de las luciérnagas, y también a ellas comenzamos a imitar.
Volando con abrazos de besos en la luz de la ceguera, en esa noche negra
jugando a las escondidas para atrapar el sol de cuarto grado.
No estaba arrepentida, en el fondo siempre quisimos hacerlo y esperamos esa noche negra.
Pero creo que ahí había empezado y terminado todo.
Siempre fue desde el principio la despedida.
Me escribiste los poemas que nunca nadie me había escrito,
me llamaste varias veces pero mi celular ya estaba descompuesto.
y yo sin respuestas, pero era esa la respuesta.
Ya no eramos mas esos niños tontos.

1 comentario:

  1. El recuerdo de la primera ilucion que el tiempo termino consumando en la hoguera fugaz del crepúsculo del momento, que termino al fin con las ansias pero no con la inocencia del verdadera ilucion que empieza y no acaba como los interminables amaneceres,aunqeu hay que saber reconocerlos como siguiendo un río hasta el mar.

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