domingo, 4 de noviembre de 2012

Ceremonia azul

Entré a  un velorio sin saber de quien.
Me dijeron que se trataba de una mujer
y de un bebé.
Había poca gente y mucho llanterío.
Pero pocas lágrimas 
para demasiados pañuelos
Pocas flores para  demasiados trajes y autos ultimo modelo.

En la sala alrededor del cajón el aire estaba sofocado
mas que esa tristeza fría habitual que se siente por estos episodios,
un calor y aburrimiento  ahogaba la cara de todos,
y el que  trataba de acercarse al cajón a rezarle, llorar, 
o simplemente contemplar y recordar,
antes de que llegue aproximarse al cuerpo ,
un soplo de fuego  hacia tiritar y retroceder al curioso,
 ardiéndole la cara de calor 
tomándole la piel un color rojo enojado
como la sangre.
Entonces la sorpresa y el susto se apoderaba de estas gentes,parientes,amigos
cuando  inmediatamente de este golpe los hacia salir corriendo espantados.
Se iban corriendo del velorio.
Se iban corriendo de la ceremonia.
Se iban.
Y así pude ver que pasó con todas las personas que intentaban acariciar
al muerto.
Hasta al cura le pasó.Antes de la bendición, salio corriendo trastabillado, rasgándose la túnica y la cruz que llevaba en el cuello.
Se habían ido casi todos.
Quedé solo yo, y una viejita que estaba a cargo de la limpieza y de servir el café y toda la alcoholería.
El velorio aun no había terminado y para  el entierro faltaba.


No sabia que hacer y todo era muy raro.
Yo tenia una resaca de la noche anterior
y entré a este lugar porque era domingo,
estaba abierto
y ademas no tenia ganas de caminar y chocarme con los de la calle
y muchos menos ir a mi casa, que tampoco era mi casa
y encontrarme con mi familia riéndose de mi vagabundez.
Así decidí entrar acá y me encontré con esto.

Me quedé a un metro de distancia parada frente al cajón solitario,
cuando la viejita me hace seña con el dedo y prende el grabador
buscando alguna radio  donde llega a sintonizar la chansón Millord de la intensiva Piaff.

Se que es raro pero en ese momento sentí gracia parecía que estuviera en una comedia
inglesa o francesa, de humor negro y muy muy malo.
La viejita se empieza a emborrachar con todos los vinos que quedaron sin tomar
por los que se fueron.
Empieza a bailar y yo también.
De pronto me olvido de donde estaba.
Cuando reacciono nuevamente
y olvidando lo que le había pasado a las otras personas
me aproximo sin miedo al cajón.

Miro y saco el tul blanco que lo tapaba.
Era el cuerpo de  un bebé, muy chiquitito,  y me miraba.Me imploraba cuando lo hacia.
Me exalté cuando lo vi.
Porque este respiraba
y estaba azul
demasiado azul el bebé
con no mas de 6 meses de vida.


Todavía en la radio seguían pasando y repitiendo el mismo tema de la bonita Piaff.
Como si todo estuviese programado.
Y sí.
Entra la gente de la sala velatoria
a buscar el cajón para llevarlo al cementerio.

''Esperen, está respirando, no está muerto!!!''dije

Tiene cáncer, no le dan mas de dos días.
Igual le queda poco tiempo'', me decía la viejita 
 mientras seguía escabiando y bailando con la escoba
riéndose en su salsa.


Pero yo lo miraba al bebe todo azul
tenia la cara azul
Sentí indignación y repugnancia.
 Nunca estuve en una situación así
aunque me sentí puesta en esta situación.
Y con esto comencé a recordar viejas situaciones
no tan distintas.
Todo parecía separarse en este lugar:
la moral de la ética, la naturaleza de la ciencia, 
hasta la religión se separaba de Dios.

Le volví a repetir a la viejita despreocupada que no se despegaba del tinto:
Pero está vivo ese bebé!!Cómo van anticipar su muerte?!
Está vivo!
Dónde está su madre? Sus padres? sus hermanos?

Su familia fue la que lo trajo hasta acá. Y su familia regresó a donde quería regresar.
Todos los velorios son anticipados, jovencita'' me respondió con tanta sabiedad insana junta.

Sentí asco
asco de forzar una vida a la muerte,
una muerte a la muerte.
Sentí asco.
y el grabador se apagó.
Mire a la viejita escabiada
y tenia razón,
todos tenían razón.

1 comentario:

  1. Que impactante!! como un condenado a muerte esperando la silla en este caso sepultar lo inevitable , que indignación pensé que la ciencia ya estaba hasta esa altura de resolver o tratar esas situaciones, no me cabe no puede ser.

    ResponderEliminar